¿ENTRAMOS?

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jueves, 11 de febrero de 2016

Nuevos relatos. ¡Calentamos motores para el concurso literario!

Publicadas las bases del Concurso  Literario, que el IES San Felipe Neri celebra anualmente, os dejamos un aperitivo de textos escritos por nuestros alumnos más jóvenes del centro: 1ºESO. Interesantes relatos en torno al olivar. ¡Disfrutad con ellos!


DON OLIVO PICUAL


Me llamo Don Olivo Picual. Soy un olivo de hojas verdes y tronco grueso. Soy muy antiguo aunque las aceitunas que doy tienen la misma calidad de siempre o mejor. Vivo en Jaén, una provincia rica en aceite de oliva. Tengo una nariz puntiaguda con una rama al final, una gran copa llena de aceitunas y un tronco ya un poco desgastado. Dicen que soy uno de los mejores olivos, que mis aceitunas muy buenas y que destaco por mis sentimientos. Soy amable y simpático y también un poco pesado. Me gusta mi vida. Hay gente que dice que aquí sujeto al suelo no se puede disfrutar pero yo soy más feliz que cualquiera. 

Un día llegaron a mis oídos que se acercaba la etapa de recolecta de aceituna y que, en dos o tres días, vendrían a recoger la mía. Estaba muy asustado porque no quería que me quitaran mis aceitunas. Al cabo de dos días se oyó un tractor acercarse donde yo estaba. Cuando pude ver la cara que se ocultaba detrás, quedé asombrado. Tenía un aspecto amable, sincero y entusiasmado. En su cara se veían las ganas que tenía de quitarme a mis pequeñas aceitunas, que eran muchas. Cuando se bajó del tractor y me vio cargado de aceitunas decidió empezar conmigo. Se puso a varearme y, del dolor, se me escapó un grito. El hombre se sorprendió al ver que yo tenía vida y salió corriendo. Al cabo de un rato llegaron los chicos de la prensa, acompañados por el alcalde de Jaén. Me hicieron muchas preguntas y me dieron la gran noticia de que no me iban a quitar mis aceitunas porque yo era el olivo más importante de Jaén. 

Desde ese momento me hice muy conocido y aparecía en periódicos, revistas, televisión e incluso en refranes como este, que es mi favorito: “Aceituna abundante, buen año por delante.”

Autora: Laura Ruiz Ruiz.

HISTORIA DE UN OLIVO


Me llamo Don Olivo Picual.


Dicen que soy importante, fuerte y antiguo, aunque yo me veo como un árbol cualquiera.

Soy un árbol muy viejo, tengo más de cien años. Mi tronco es fuerte, corto pero grueso, retorcido, viejo y de un color marrón oscuro. Mis hojas verdes oscuras, finas, alargadas, ásperas al tacto y puntiagudas están colgantes de mis ramas para dar sombra a los trabajadores en los días de sol y refugio en los días de lluvia. Mis aceitunas alargadas son muy sabrosas o, al menos, eso dicen; son verdes y son ellas las que proporcionan salud y alimento mediante el aceite.

Yo crecí feliz, aunque no tengo muchos recuerdos de mi infancia; solo recuerdo que, cuando era pequeño, los niños venían y colgaban de mis pequeñas ramas deseos, sí, deseos escritos en papeles, deseos que el viento voló, deseos que ojalá se hayan cumplido; eso es lo poco que recuerdo de mi infancia.

Llegué a convertirme en un gran olivo, sano y fuerte, hasta que un día, hace mucho tiempo, yo estaba en mi finca tranquilamente con mis hermanos cuando, de repente, llegaron cuatro hombres y empezaron a golpear con palos a uno de mis hermanos; después a otro y a otro más; pronto llegarían a mí, me sentía nervioso, muy nervioso. En un par de minutos, llegaron y empezaron a golpearme con esos palos largos; querían quitarme las aceitunas. No me opuse, sabía que era mi destino y lo aceptaba. Ignoraba qué harían con mis aceitunas hasta que, al cabo de un tiempo, escuché a dos mujeres hablar mientras recogían mis aceitunas caídas; decían que en un camión se las llevarían a la fábrica, donde las limpiarían y aplastarían para hacer el Aceite de Oliva Virgen Extra, el mejor del mundo.

Desde entonces, los humanos son mis amigos. Nos aportamos beneficios mutuamente, ellos me cuidan y me curan cuando estoy enfermo y yo les doy mis aceitunas para hacer aceite.

Puede que no sea un árbol de gran belleza, pero soy el árbol más importante de todo Jaén.

Autora: Clara Serrano Barranco


HISTORIA DE UN OLIVO


Me llamo Don Olivo Picual.

Dicen que soy un viejo y robusto árbol, lleno de aceitunas y pequeñas hojas bastante puntiagudas. Pero más que nada soy el gran amigo de todos los olivos que hay a mi alrededor, yo les animo a que den sus frutos en los momentos que no llueve y se secan. A mí eso no me afecta, yo soy un luchador milenario.

Si queréis saber qué es lo que más me gusta hacer en el mundo, es ver a mis grandes amigos los humanos quitarme las pesadas aceitunas que siempre llevo puestas. Me las quitan no con mucha delicadeza, pero me quitan las malas hierbas, me cuidan cuando estoy enfermo... Pero durante un tiempo en el que no llovía y hacía un calor extremo me alarmé bastante, pues tenía tan pocas aceitunas que no me visitaban tanto los humanos, no estaba feliz... Hasta que uno de los pocos que me visitaba con un cacharro gigante con unas ruedas enormes que me aterraban bastante le escuché decir que próximamente llovería y por lo tanto habría más cosecha. ¡Qué contento me puse! ¡Estaba tan sediento! Y lo mejor es que vería a mis amigos los humanos.

Lo que más admiro de ellos es cuando escriben relatos sobre mí. Tanto poemas como refranes me encantaban. Si no recuerdo mal había un refrán que me gustaba bastante. Decía así: "sin aceite y olivares, qué sería de nuestras ciudades". Y lo que más me pregunto es... ¿Tan importante soy?
                                                                                                                                                                                            

                                                                                                                        Autora:Carmen Caballero

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